Declaración Pública - Junio 2013
Frente a los últimos acontecimientos
creemos pertinente manifestar lo siguiente:
1. Reiteramos
nuestro respaldo a las diversas y legítimas movilizaciones que se lleven
adelante para difundir las demandas de los estudiantes y que sirvan de espacio
para discutir y generar consciencia. Compartimos los puntos expresados en el
exigitorio presentado a Rectoría, no obstante, no compartimos la decisión del
CGE de entenderlo aprobado tácitamente junto a la paralización de actividades y
no someterlo a una aprobación más concreta y discutida por parte de las
Asambleas.
2. Valoramos que la propuesta de Rectoría reafirme ciertas
posiciones respecto a la Reforma Educacional que desde el año 2011 ha impulsado
con fuerza el movimiento estudiantil con el respaldo del Consejo de
Rectores y, junto con ello, se comprometa a mantener a cargo de la universidad
los mismos beneficios estudiantiles de quienes los perdieron en el proceso de
requintilización de no resultar fructíferas sus respectivas apelaciones ante el
Mineduc. Sin embargo, en el punto
central del exigitorio referido al tema de democratización creemos que la
respuesta de Rectoría no es lo suficientemente precisa en cuanto a la
composición, plazos y mecanismos de trabajo de la comisión que propone
conformar para estudiar una propuesta respecto al tema “democratización”, siendo
urgente su definición para terminar la paralización de actividades académicas
avanzando hacia una nueva etapa de movilización.
3. Somos enfáticos
en que la solución concreta a nuestras demandas solo se puede alcanzar mediante
el diálogo directo y sincero entre los miembros de la Comunidad Universitaria
y no a través del “carteo” que ha caracterizado la relación con las autoridades
universitarias en las últimas semanas. En consecuencia creemos indispensable la
conformación de una mesa negociadora que sea representativa del CGE, que permita definir y precisar con la
Universidad los puntos de acuerdo y desacuerdo a partir de los últimos
documentos. En ese sentido, proponemos la
conformación de una Mesa de Trabajo con todos los actores universitarios
(académicos, estudiantes, trabajadores y la Iglesia) que en un plazo, no
superior a tres meses, entregue al Claustro Pleno una
propuesta para avanzar en la democratización y que contenga esencialmente el
reconocimiento del derecho a voto de los representantes estudiantiles en los
respectivos órganos colegiados de la Universidad tales como Consejos de
Escuela, de Facultad y Superior. Así mismo, y en paralelo, no podemos obviar
las tremendas necesidades de muchas carreras de la universidad que han motivado
en ellas el surgimiento de movilizaciones de carácter interno por lo que creemos necesaria la constitución de Mesas
de Trabajo de la misma índole en cada una de las Facultades para estudiar las
problemáticas de las distintas unidades académicas en orden a proponerles
soluciones en el mediano y largo plazo.
4. Reiteramos
nuestro profundo rechazo a la decisión que tomó la Federación a poco tiempo de
asumir, de desconocer el carácter vinculante de las decisiones del CGE argumentando
la autonomía de las carreras para definir sus formas de movilización. Las
consecuencias de dicha decisión han sido nefastas para la consolidación del
movimiento estudiantil al debilitar la fuerza unitaria de sus instancias
representativas. Hoy, fundados en la supuesta autonomía de las carreras para
definir su camino de movilización, unos se encuentran en clases normales desconociendo
el paro mientras otros se sienten con el derecho de llevar adelante decisiones
inconsultas como la toma de edificios institucionales de la universidad. La
Mesa Ejecutiva, caprichosamente disconforme con una decisión particular del
estudiantado, ha puesto en duda la institucionalidad democrática de la
Federación durante su gestión.
5. Rechazamos enfáticamente
la eventual Toma de edificios institucionales de la universidad que se ha
bajado a votación. Las tomas afectan gravemente el derecho de cientos de
estudiantes de acceder a los servicios de la universidad y de ejercer sus
beneficios estudiantiles como becas de alimentación, entre otros. Más grave
aún, las Tomas en nuestra universidad solo han logrado polarizar y dividir aún
más a los estudiantes rompiendo el clima de respeto y pluralismo democrático
que debe caracterizarla al monopolizar el control de dichos espacios por una
minoría. Parece, además, inconsistente
que al tomar esta medida tan relevante y que afecta a todos los miembros de la
Comunidad Universitaria no se actúe de forma coherente con la democratización
que se exige; insistimos en la necesidad de que esta decisión sea tomada
mediante un PLEBISCITO y que, en esa
decisión, sea considerada la posición de los trabajadores de nuestra universidad
cuyos derechos se ven directamente vulnerados.
En consecuencia, hacemos un firme llamado a los estudiantes
de nuestra casa de estudios a informarse, cuestionar, debatir y decidir
asistiendo a sus respectivas asambleas y a las actividades programadas. La
participación en las diversas instancias de debate es esencial para que
nuestras demandas tengan éxito y los estudiantes se hagan escuchar.
La democracia se construye entre todos, o no se construye.
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